Depeche Mode en Las Vegas: el pequeño gran concierto

"Este es EL concierto en el que hay que estar" repetían los fans formados afuera del Pearl. "Es el concierto más íntimo de la gira" subrayaba una suerte de maestro de ceremonias sobre el escenario, quien también dijo que los boletos se habían agotado desde hace siete meses.

Y sí: ahí estaban fans de todas partes. Uno que contaba que ese era su concierto número 50 de este tour, incluso relató que en Rumania él fue el primero en entrar al estadio y estuvo solo ahí durante 15 minutos hasta que llegaron los siguientes fans.

Eso es lo que provoca Depeche Mode entre sus seguidores. Ellos lo saben y esta noche en el Pearl están dispuestos a entregarse de la misma forma.

En punto de las 8 de la noche las luces se apagaron y tres minutos después entraron Andy y Martin al escenario. Sonrientes, felices. Seguidos por Dave con ese saco plateado que inevitablemente parece robado a Martin.
La belleza del Pearl salta a la vista: un escenario tan bajo y cercano que la banda está apenas a un par de metros de las primeras filas. Las 3,000 personas que ahí se encuentran pueden disfrutarlos a plenitud. Aun así no deja de haber peleas por tratar de estar lo más cerca posible del escenario. Algunos no dejan de discutir incluso durante las primeras canciones.

Al saberse en Las Vegas Dave exagera sus movimiento de stripper sobrepagado y se balancea contra el soporte de su micrófono lenta y largamente, disfrutándolo y haciendo enloquecer a las mujeres. Después, cuando se incorpora hace con los dedos una señal de dinero, como si esperara los billetes que deberían de entrar a su pantalón.
Martin sólo ríe ante las locuras de Dave, casi como si las contemplara por primera vez. Pero después se contagia y también se aventura a hacer algunas cuantas.

Como durante "Home", mientras dirige el coro final de la canción y va de un lado al otro del escenario, Gore comienza a marcar el ritmo con cada uno de sus pasos y de pronto se descubre tocando un piano imaginario con los pies, casi como en la famosa escena de Tom Hanks en la película "Quisiera Ser Grande". Todos celebramos la ocurrencia.

Con "Personal Jesus" Dave regresa a su personalidad de stripper y tras quitarse el chaleco lo azota contra el suelo, se carcajea, lo hace girar varias veces y luego se deshace de él.

De la gira por Norteamérica definitivamente se extraña "Goodbye", que marcaba un verdadero final antes del encore en los conciertos en Europa. También se echa de menos la interacción entre Dave y Andy durante "Just Can't Get Enough", Flecth simplemente perdió su momento durante el show.

Pero definitivamente nadie salió decepcionado de este concierto de 2 horas y 10 minutos, uno de los tres últimos de su gira por Estados Unidos y Canadá, aunque muchos aseguran que habrá un regreso tras su extensa gira europea (de noviembre de 2013 a marzo de 2014).