Dominación y cuero negro: 30 años de Master and Servant

“Me encanta la idea de vestir de negro y me encanta la idea de usar cuero y me encanta la idea de estar atado, porque… me encanta la sensación de impotencia y esa es la única razón. Realmente no me entusiasma el dolor”, se confesaba un Martin Gore de 25 años entre carcajadas, pausas y sonrisas de complicidad.

Era la mitad de la década de los 80 y los periodistas le preguntaban una y otra vez a Martin por su peculiar forma de vestir relacionada con el contenido de letras como Master and Servant:

“Dominación es el nombre del juego,

en la cama o en la vida,

ambas son lo mismo,

sólo que en uno estás satisfecho al final del día”

Sin duda alguna fue Berlín la ciudad que le ofreció a Gore todo lo necesario para dejar atrás al chico callado de Basildon para convertirse en un joven explorador de la noche y sus secretos en los clubs alternativos de la capital alemana.

Allí comenzó a intercambiar ropa con su novia, aunque él aclara que la predilección por el cuero negro le venía desde años antes: “Compré mi primera chaqueta de cuero cuando tenía 18 años, he desarrollado un amor por el cuero negro el cual es hipócrita, ya que como Alan soy vegetariano, por razones morales y de salud. El cuero negro es sorprendente y sencillo…Tal vez este fetiche por el cuero me venga de haber visto una vieja película de Marlon Brando llamada The Fugitive Kind.”

Pero detrás de una letra de la que Martin alegaba ser solamente una comparación entre la dominación en los juegos sexuales con la dominación de clases en la vida diaria, lo que a él más le importaba era la música: “Para Master and Servant usamos un montón de instrumentos de juguete. Andy y yo fuimos a Hamleys y compramos casi todo en el departamento de música, xilófonos, pianos de juguete, saxofones de juguete. Uno que usamos mucho era una Marina, sonaba bastante terrible como juguete, pero cuando lo llevamos un par de octavas abajo sonaba realmente bien”.

Además de aventurarse a probar con instrumentos no convencionales para lograr un sonido único, Depeche Mode fue más allá en Master and Servant y sonidos como el efecto del látigo se lograron al poner a Daniel Miller en el estudio silbando y chasqueando, ya que al intentarlo con un látigo real simplemente no funcionó.

Y hoy se cumplen 30 años del lanzamiento de esa canción de cuya letra ni siquiera los propios Mode están tan seguros de su contenido. A continuación una pequeña conversación entre Martin, Alan y Dave sobre Master and Servant.

Martin: "Se trata de la dominación y la explotación... utilizando un ángulo sexual para hacerme entender. Lo que la canción dice es que estas dos personas están disfrutando esto y obteniendo satisfacción de ello ya que les recuerda sus vidas fuera del dormitorio.

Dave: “Sí, pero en el disco es algo sexual, ¿no es así?

Alan: "No, no lo es, no se trata sólo de sexo, ¿verdad Martin?"

Dave: “En el disco lo es, creo que es bastante obvio a partir de la letra."

Martin: "Pues, bueno.”